Sociología Obrera

martes, 24 de abril de 2007

INVITO CORDIALMENTE A TODOS LOS INTERESADOS

taller2007

martes, 10 de abril de 2007

De las ordenanzas y sus consecuencias para el estudiantado

Nuevamente intentan reírse del estudiantado. Hoy el gobierno universitario está empeñado en señalar los derechos de los estudiantes sin consultarles a ellos mismos. ¿No parece realmente irónico? La verdad es que las estructuras de la Universidad hoy avanzan a paso firme a una institucionalización legal de un marco reaccionario, tanto en su contenido, como en su forma de aprobación.

Hemos conocido experiencias al interior de la Universidad que marcan precedentes frente a la aplicación de estas ordenanzas como forma de respuesta a la organización política, pero a la vez debemos sobredimensionar desde que plano social y de clases se coloca la autoridad universitaria para insertar un mandato de las características represivas y antagónicas que hoy suponen ser nuestros derechos y deberes con y en la universidad.

Luego de un proceso de movilizaciones y de cuestionamiento abierto a la educación clasista en Chile, y más aún, como crítica a la educación en el modelo económico neoliberal, la clase patronal ha sufrido un revés político. Por el momento sabemos que esto ha sido canalizado a través de las direcciones que giraron a derecha con la conformación del consejo asesor como medida distractoria y de desviación, pero se reconoce que el problema, en cuanto a la agitación generada por varios sectores sociales de acuerdo a las mismas contradicciones de la educación en la sociedad capitalista de clases, no está solucionado, ya que esto significaría un ataque directo a los intereses de los mercaderes de la educación, al conjunto de las clases patronales y a uno de los pilares de la sociedad de mercado.
Por ello es que las instituciones han decidido blindarse legalmente frente a las exigencias sociales que hoy puede manifestar el estudiantado. Así es como debemos entender la política del gobierno universitario, como una muestra de lo que significa la totalidad de la política pro-patronal que se está llevando a cabo para salvaguardar los intereses económicos y financieros en las relaciones de mercado que siguen transando la educación como una mercancía más.

Este blindaje legal ha consistido principalmente en desacreditar y no legitimar el derecho político del estudiantado a movilizarse, derecho básico que garantiza y asegura las exigencias de los derechos sociales y legitima la protesta social como mecanismo de defensa de los intereses de la sociedad. Como si fuera poco el no-reconocimiento a las organizaciones políticas en la Universidad muestra cuales son las condiciones de ilegitimidad que atribuye el gobierno universitario a los organismos de acción colectiva, coartando cualquier posibilidad de vinculación e interacción ‘valida’ de estos organismos al interior de la UFRO. Además de paso se ha vuelto a refrescar las faltas y sanciones que se aplicarían de acuerdo al comportamiento de los y las estudiantes en la UFRO, envueltas todas de una estela y constelación represiva.
Para culminar la acción reaccionaria se ha procedido a atacar espacios políticos, culturales y sociales de esparcimiento del estudiantado, escudándose en argumentos como la restricción del alcohol y la delincuencia (como medida derechista digna de alcalde de Providencia en el tema travestis), se ha logrado articular un ataque ideológico directo a las organizaciones de izquierda y a un estudiantado que aún no reacciona de las transformaciones en su entorno que comienzan a hacer pensar en la vuelta a la educación básica y aun modelo educativo y político dictatorial al interior de las instituciones estatales.

El problema de fondo siguen siendo los mecanismos de legitimidad y de poder en las Universidades. Mientras la Universidad está compuesta por más de 8.000 estudiantes, ninguno de ellos tiene derecho a elegir a sus autoridades; ninguno de ellos tiene derecho a participar en el gobierno universitario; ninguno de ellos tienen derecho a articular y señalar cuales son sus propios derechos y deberes.

El autoritarismo de lo que parece una organización feudal, con castas de nobles y sequitos transitando con sus túnicas los pasillos y edificios de la Frontera, tomando decisiones a diestra y siniestra mientras nadie los vigila, como lo muestra el ejemplo de enero y las presentes ordenanzas, se ha vuelto parte de una práctica en materia de organización y de estructuración de lo que entendemos hoy por Universidad. Es una mezcla entre las concepciones que divinizan a los académicos y degradan a los funcionarios y estudiantes; es parte de esa concepción que precariza el trabajo de académicos; es parte de ese blindaje en contra de la acción decidida de trabajadores y estudiantes en búsqueda de una organización en base a democracia directa que responda a las exigencias del conjunto de la llamada ‘comunidad universitaria’, de los trabajadores y el pueblo pobre.

Así es como esta consolidación de la idea de Universidad/empresa como mecanismo de decisiones administrativas, de acrecentamiento de la tasa de ganancia y autosuficiencia económica que se establecen como los criterios normativos que centran la actual discusión frente a las ordenanzas y el sentido de clase que la determina, deben ser atacados directamente con una propuesta democratizadora a la institución anquilosada en la que estudiamos.

La propuesta desde Las Armas de la Crítica, corriente de estudiantes marxistas, no puede ser otra que la formación de un frente único de acción y agitación por una organización triestamental en donde, por medio de mecanismos de democracia directa, los estudiantes, los funcionarios y los académicos tengamos los mismos derechos a elegir a las autoridades, a decidir que proyecto de Universidad estatal queremos construir y al servicio de que clase debe estar la educación en nuestro país.

jueves, 5 de abril de 2007

De la situación nacional a la importancia de la lucha ideológica: el pensar lo social desde la sociedad

Las relaciones dominantes no son otra cosa que la expresión ideal de las relaciones
materiales dominantes, las mismas relaciones materiales dominantes
concebidas como ideas; por tanto las relaciones que hacen de una
determinada clase dominante son también las que confieren
el papel dominante a sus ideas
[1]

Mientras a nivel mundial parece ser que el llamado ‘fin de las ideologías’, sentado sobre la tesis de Fukuyama del fin de la historia con la ‘victoria total’ del capitalismo y al destrucción de todo metarelato emancipador comienza a ser refutado por la misma experiencia histórica manifestada en la acción de las masas y la génesis de proyectos reformistas, populistas, etc., que marcan nuevas contradicciones y tiempos en la lucha de clase, la clase dominante comienza a articular mecanismos de reacción y ‘blindaje’ de acuerdo a su hegemonía aún en el marco de su producción ideológica, ya que “los individuos que forman la clase dominante tienen también, entre otras cosas, la concia de ello (su dominio) y piensan en torno a ello; por eso, en cuanto dominan como clase y en cuanto determina todo el ámbito de una época histórica se comprende de suyo que lo hagan en toda su extensión y, por lo tanto, entre otras cosas, también como pensadores, como productores de ideas, que regulen la producción y distribución de las ideas de su tiempo; y que sus ideas sean, por ello mismo, las ideas dominantes de la época”[2].

El fenómeno que vivimos hoy en día está marcado por la reacción constante de la clase dominante-dirigente que, a través del estado y el instrumento de dominación que éste significa en un régimen capitalista, se prepara para un proceso de reafirmación de la ideología del consenso y de los mecanismos democráticos, contra los procesos de movilización y de expresión del ‘sentimiento’ anti-capitalista que se ha hecho sentir en las calles del país. Esto se traduce en esfuerzos políticos de ‘integración social de las minorías políticas’ reproducido en un precario esfuerzo por sumar a la izquierda del régimen, como lo es el Partido Comunista y el pacto Juntos Podemos, hacia un sistema trinominal que se enmarque como bastión de los ‘nuevos mecanismos de inclusión’.

Lo que ha significado éste rebrote esporádico en la lucha de clases a nivel nacional, pese a no significar la actuación central de la clase trabajadora, a mostrado el descontento de una parte significativa hacia el actual régimen político y, además, el avance de una juventud combativa con orientación a los métodos de acción directa y de protesta popular concentrada en un conjunto de organizaciones dispersas y fragmentadas a nivel político-ideológico, específicamente en el ámbito de las perspectivas estratégicas.

Sabiendo que los medios se dedicaron a perseguir o digamos difundir las acciones de las distintitas organizaciones políticas en las protestas del día 29 de marzo, más un trabajo de inteligencia masivo apostado en las calles de Santiago, confluyen un método de obtener información crucial en la lucha política contra los sectores activos en la hoy concreta resistencia popular. La pregunta de ¿Informar para qué o para quién? Se desenvuelve de la misma manera para quienes hoy buscan, a través de métodos distintos, el mismo objetivo específico: el blindaje político-ideológico del régimen frente a la amenaza latente de la conformación de un referente que agrupe la radicalización de los métodos de lucha en función de una política ‘popular’
[3].

El gobierno y la cartera de interior ven la situación desde una perspectiva política de cuestionamiento, no sólo al régimen político actual, sino a las bases de su contrato social democrático (asociado a la ideología normativa-jurídica), dando cuenta que no sólo representa un problema de la coalición política de turno en la moneda, sino que es un ‘problema’ del significado del Estado y la democracia burguesa para quienes sufren la marginalidad y la exclusión. Es decir, que las mismas bases del estado están siendo minadas y han éste fenómeno la clase burguesa y patronal debe articular una repsuesta a la sociedad.

De hecho la clase política lo ha asumido así, y ha comenzado una campaña pública de amedrentar, pro-represión instantánea en contra de las acciones de violencia política, reafirmando ideológicamente el presente histórico (con ‘las ventajas y el triunfo del capitalismo’ de fondo) como el bien e interés común que ningún modelo económico anterior puede cuestionar y menos significar una posibilidad histórica real y ‘democrática’
[4]. Esto cumple con la idea de “presentar su propio interés como el interés común de todos los miembros de la sociedad, es decir expresando esto mismo en términos ideales, a ideales, a imprimir sus ideas la forma de lo general, a presentar estas ideas como las únicos racionales y dotadas de vigencia absoluta”[5].

Esta acción es muestra del blindaje ideológico de la burguesía, ya que por un lado:

  1. Se reprime a quienes por el momento se saben estas dispersos como distintas fracciones políticas y no tienen un referente a nivel estratégico que asome como posibilidad histórica para las masas (ausencia de un partido revolucionario principalmente).
  2. Se trata de reprimir con la gente, abogando a las pautas normativas jurídicas más allá de la materialidad misma, sino que como parte de la reafirmación de una base social aún inactiva y pasiva en el desarrollo de la conciencia de clase, la cual a la vez representa aún un foco potencialmente revolucionario en el desarrollo de la fuerza social del proletariado y del pueblo pobre.
  3. Se utilizan todos los medios de comunicación para potenciar la ideología que atraviesa la estabilidad del régimen político, dedicando parte de la acción a difundir ‘los beneficios del estado benefactor’ (beneficios sociales, políticas públicas, etc.) y a ‘sancionar la época de la UP’ como referente de la experiencia política de las masas en su toma del poder[6].

Tras todo este complejo panorama de discusión ‘pública’, es la propiedad privada y las relaciones de propiedad son las que trastabillan al ser cuestionadas en el acto de sabotaje o frente a la reacción política contra capitales específicos (transnacionales), o de la misma apropiación individual (robo o saqueo) marcado en conjunto por una aureola o contexto de impunidad silenciosa frente a una clase política que requiere tranquilidad y seguridad para su inversión, de lo que ‘obviamente’ el estado se ha y debe preocuparse constantemente en base a la tasa de ganancia y la acumulación del capital.

Por ello hasta el momento ha significado un debilitamiento de la estabilidad económica, lo que aún no es cuantificable en el plano de inversión de capitales, pero que seguramente luego de una ola de protesta social como la que hemos vivido, signifiquen dos procesos que gradualmente comienzan a desarrollarse: por un lado identificación con la ideología amplia de crítica al modelo económico, de acuerdo a las condiciones materiales de existencia (los fenómenos de precarización laboral, regulación sindical, derechos de salud, educación, etc.), aprovechada y difundida por corrientes y organizaciones políticas de izquierda, acompañada de un foco de producción intelectual de una emergente intelectualidad de izquierda que además vaya ‘en defensa’ de estos proceso, imponiendo un método político y científico de análisis, siendo parte de la construcción de un debate político-social más amplio (en consideración de las mayorías sociales) con respecto a asumir una posición objetiva más decisiva e incluso clasista frente a los aspectos como la posibilidad histórica concreta de la transformación y el cambio social en sociedades modernas.

Por otro lado la potencialidad de una crisis internacional del país como asegurador directo de la síntesis algebraica inversión=ganancia, conllevando un clima de reducción del crecimiento económico, conllevando a una discusión de conjunto del régimen burgués de cómo subsistir como clase dominante y como volver a ser solvente financieramente. Aquí significaría para la clase gobernante volver a una lucha ideológica por el control de ‘lo lógico’ en función de un apoyo de masas, concentrándose en resucitar el ethos reaccionario del pensamiento democrático burgués.

Por el momento sabemos que estos conflictos están germinando en las bases materiales de la realidad social, que comienzan a ser fenómenos de discusión cotidiana, pero que más allá de sí involucran todo un proceso de desgaste y de agotamiento de la concertación como referente político, y de la Cámara de Producción y Comercio y del Banco Central como referentes económicos.

Aún realmente no sabemos a ciencia exacta como éste proceso puede desarrollarse, pero si sabemos que estamos en medio de un proceso de lucha ideológica entre la clase dominante y la clase dominada, con brotes significativos de reactivación que requieren nuestro más serio análisis y nuestra más alta energía revolucionaria.

Es por esto que me he decido a apoyar y respaldar esta iniciativa, planteada en ésta página por R., en pos de construcción de un referente ideológico, desde el ámbito cultural, en la expresión artística (literaria, plástica, etc.) que vaya en pos de una reconstrucción de un espectro de resistencia y avance político, pero que a la vez sea creadora de una perspectiva práctica de la producción, y expresión de las relaciones sociales de emancipación que requiere la clase trabajadora para cumplir sus objetivos históricos últimos como lo es la toma del poder a través de la revolución socialista y proletaria.


[1] Karl Marx- Friederich Engels. La ideología Alemana.
[2] Karl Marx- Friederich Engels. La ideología Alemana.
[3] Destacamos lo de popular por el carácter de la protesta que pese a significar una gran protesta ‘cuantitativamente, vemos que las falencias cualitativas a la hora de un programa de acción, de la ausencia de la toma del poder dentro de los objetivos y, obviamente, la ausencia de la clase trabajadora como articuladora central de la resistencia la hacen más susceptible a deformaciones y a espasmos populistas o anarquistas que a una verdadera manifestación revolucionaria. De hecho hasta fenómenos de éste tipo son fácilmente canalizables por la burguesía en situaciones de apremio o de subsistencia del régimen. Ver en éste sentido el movimiento piquetero y su inclusión en el régimen de Kishner en Argentina.
[4] Esto en el sentido de ‘lo democrático’ desde lo burgués. Como representación parlamentaria, coaliciones políticas pro-burguesas en la lucha por el poder, etc.
[5] Karl Marx- Friederich Engels. La ideología Alemana.
[6] Aquí debemos subrayar, para no caer en el oportunismo del populismo, que la Unidad Popular representó una política del frente Popular desarrollada por el estalinismo y que en su punto nodal estaba la idea de desarrollar frentes democratizadores, en conjunto con sectores de la pequeño-burguesías, lo cual hacía finalmente claudicar las exigencias del proletariado a las de las clases poseedoras.